domingo, 27 de diciembre de 2015

Las cartas de Dominga

Dominga Santos naciò en Jujuy y tiene sesenta y dos años. Vive en Pompeya, un barrio del sur de la ciudad de Buenos Aires, y se gana la vida limpiando casas por hora. Desde que nos conocimos, en 2011, nos hemos visto poco, pero hemos hablado mucho, sobre todo a través de notas que ella escribe sin faltas de ortografía y que yo guardo bien guardadas porque pienso que algún día me servirán para algo. “Señorita Sole —dice, compré una rejilla, acá le dejo el vuelto. Gracias por las galletitas. Espero que esté bien de los ojos. Dominga”. A veces me recuerda a Mary Sánchez, la protagonista de “Un día de trabajo”, de Truman Capote, aunque no me la imagino a Dominga fumando puchos de marihuana, como hace Mary, ni bailando al ritmo de una música estruendosa en la casa de un cliente. La semana pasada, me dejó este texto, el último del año. ¡Gracias públicas, Dominga!

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